10.03.2015.

Cuando las peluquerías no parezcan peluquerías será cuando comience el cambio de conceptos que venimos arrastrando hasta el momento.

Si el espacio es diferente, las sensaciones y emociones que provoca también son diferentes.

Así puede comenzar el cambio de actitud en la forma de desarrollar tu trabajo y la percepción que tienen quienes visitan dicho espacio.

Cambiaremos la opinión social que se tiene de esta profesión y los que la conformamos, reescribiendo una parte del futuro que nos toque vivir.

Siempre hemos sostenido que hay que generar el cambio para que la mente se abstraiga de lo común y pueda abrirse a nuevas formas, colores, ideas y pensamientos; para lograrlo es necesario, no sólo una metamorfosis en nuestra actitud y en la mentalidad, a su vez tenemos que variar radicalmente nuestro entorno más cercano.

Hemos transmitido en nuestras formaciones la idea de que hay que romper con el corsé que atenaza nuestra profesión, encontrar nuevos paradigmas que aborden el futuro de la peluquería, y ahora toda esta amalgama de conceptos se despliega a través de nuestro nuevo espacio de trabajo.

Una gran caja luminosa, un crisol de sensaciones, a la espera de pobladores que den vida. Un espacio ansioso por expresar. Multidisciplinar. Madera tratada, elementos sacados de su espacio natural para convertirse en elementos de admiración. Una amalgama de materiales y texturas que provocan reacciones envolventes.

Blanco como el lienzo sobre el cuál todo lo que en él habite cobra una relevancia excepcional, y no resta presencia a lo verdaderamente importante. En este caso personas, que con su estancia en la sala llenan ésta de colores, formas y calor.

Podría ser el eje de trabajo de un estudio de diseño, una superficie donde depositar telas, acuarelas y pinceles, una excusa para reunirse un equipo de arquitectos y descifrar los más enrevesados planos, el espacio donde un artista plástico depositase su obra durante el proceso de elaboración, y otros tantos usos... Pero no... A su alrededor, diálogo, conversación, tertulia y comunicación. Algo que perdemos demasiadas veces a lo largo del camino. Como epicentro de la estancia, la mesa, sobre la cuál todo gira. Mientras ella... Descansa... Sobre ella pequeñas cajas de madera esconden en su interior uno de los elementos más importantes de éste espacio. El espejo, y que aquí sencillamente desaparecen de la escena en el mismo momento en que dejan de necesitarse.

Con una orientación norte, el espacio recibe una luz perfecta para desarrollar trabajos artísticos y de color ya que está eximida de reflejos amarillos o dorados que modifican los colores. Adaptable a la luz externa provocando evidentes matices de luz interior de acuerdo con los cambios y fluctuaciones del clima. En definitiva aprovechar la luz que entra por las amplias cristaleras, siendo la absoluta protagonista dando vida a todo y cuanto en su interior coexiste. Orden, luz y tranquilidad es lo que se respira en este espacio sin llegar a ser tan cálido que provoque demasiada relajación, que el trabajo y las ideas se adormezcan.

Un bloque central de almacenamiento por ambos lados de la estancia permite que todo quede perfectamente ordenado y guardado, lo suficientemente agradable y cómodo visualmente por la ausencia de elementos decorativos innecesarios, y especialmente estimulante para hacer florecer ganas de crear trabajos que destaquen del entorno que nos enmarca.

Un lucernario horizontal recoge luz de un patio interior para repartirla amablemente entre la zona técnica y el pequeño despacho. Un pequeño reducto bañado por una suave luz y texturas naturales, desnudas y puras, consiguen que el trabajo de gestión y desarrollo de nuevos proyectos sea lo más agradable y placentero posible. Para que la rutina diaria no parezca lo que es, para que, de esa manera influya en positivo y así repercuta en el estado de ánimo de quien lo habita.

Una reorganización del espacio que además culmina una etapa para emprender un nuevo y diferente camino, y en consecuencia nuevos sueños y horizontes. Concebido para expresar, conversar, crear, aislarse y sentir. En definitiva, el nuevo concepto de comunicación bidireccional que buscamos en nuestra manera de concebir una profesión.

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